En la medida que los museos públicos y privados establezcan mejores canales de comunicación con sus usuarios y potenciales usuarios, se podrá mejorar la relación entre esos espacios y el público, afirmó.

Planteó la necesidad de preguntar a quienes visitan los museos su opinión para “saber qué piensan de lo que se exhibe y cómo se puede mejorar, qué les gusta o no le gusta de lo que ve en las salas o qué otros servicios quieren recibir”.

El experto anotó que hay museos que no generan un diálogo con sus usuarios e incluso a veces existe la sensación de que esos sitios se ponen por “encima de la gente”.

“No es lo mismo que una persona llegue a una sala y lea, vasija de tal material de tal periodo, a que lea, esta vasija prueba que hubo una actividad comercial entre antiguas civilizaciones prehispánicas, lo que da una idea más amplia de lo que puede significar ese objeto”, dijo.

Con esos y otros detalles puede cambiar la experiencia de visitar un museo e invitar a que la gente se identifique más con el espacio y lo haga parte de sus fuentes de información, pues los museos también son medios de información, añadió.

“Quienes están relacionados con el tema del museo deben dejar de pensar un poco en lo que hacemos para nosotros, y empezar a pensar un poco más en lo que hacemos para los demás”, apuntó.

Todo eso puede permitir crear nuevos vínculos y conexiones entre los museos y la población e incluso provocar cambios sociales, nuevas relaciones entre los museos y las comunidades, así como generar nuevo público para esos recintos, opinó.