Izamal, Yuc., 3 Nov. (ntmx).- El músico griego Yanni hizo vibrar anoche a unas seis mil personas durante su presentación en el Convento de San Antonio de Padua de este Pueblo Mágico de México en el marco del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2013 que se verifica en esta suroriental provincia mexicana de Yucatán.
Izamal, conocida como la Ciudad de las Tres Culturas, y que este año conmemoró el 20 aniversario del encuentro aquí del papa Juan Pablo II con las etnias de América, recibió a miles de personas que asistieron al evento artístico, uno de los más esperados del festival, y que cautivó a propios y extraños. Los asistentes disfrutaron el inicio del recital del compositor helénico, quien abrió el espectáculo con las piezas "Deliverance" y "Santorini". Grandilocuente, dirigiendo a los conjuntos de cuerdas y metales, Yanni recorrió con su música los ancestrales muros del edificio colonial, con lo que capturó desde el principio el espíritu de las personas. "Estoy muy contento de estar en México otra vez, especialmente en Izamal, Yucatán, por primera vez. Desde que llegamos nos han tratado de maravilla, han tocado mi corazón, son un pueblo muy hospitalario, los amamos", expresó. Ataviado con playera negra y pantalón blanco, Yanni dio testimonio de su versatilidad musical en la ejecución de "Keys to imagination" donde cada uno de los principales instrumentos tuvo su momento para expresarse de manera individual. Creada en honor a su madre, con el amor como motivo central, el pianista griego presentó el tema "Felitsa", dulce pieza llena de melancolía y esperanza. Después, vendría "Voyage", que fue como invocación al viento que surcó en suave brisa el atrio del ex convento. Acompañado de potentes percusiones en armonía con el violonchelo, la melodía arrancó el aplauso de los asistentes, mientras los tambores latían al ritmo del corazón. "Trato de escribir música positiva, no me gusta aferrarme a las emociones negativas, porque la negatividad nos daña a todos. Si tengo un problema lo encaro y resuelvo, de esa forma soy libre", comentó previamente a su interpretación de "The end of August". "The rain must fall", tema que inició al piano, fue in crescendo como un remolino ascendente hasta desembocar en un solo del bajista Gabriel Vivas que retumbó por todo el lugar, para luego contrastar la gravedad de ese instrumento con el virtuosismo de la violinista Mary Simpson. Así, entró un solo de violonchelo que hizo contener la respiración, mientras los profundos tonos armaban una compleja armonía en la ejecución de Alexander Siroff. Con una sonrisa de satisfacción, Yanni dio paso a "Vértigo", pieza que al igual que su título fue un vertiginoso viaje. Los momentos más emotivos llegarían con "Nightingale", canción escrita con motivo de su presentación hace 16 años en la Ciudad Prohibida de Beijing, China, que fue seguida por "Desaire", de las más representativas de su obra. A su vez, el baterista Charlie Adams dio las primeras notas de "Marching season", que le permitió improvisar un prolongado solo con los tambores y platillos que provocó ovaciones en distintos momentos. Ahora en Izamal, como lo hiciera en otras partes del mundo y ante diferentes culturas, la música de Yanni demostró la universalidad de su lenguaje en "Within attraction", que para la ocasión contó con las intervenciones del arpista paraguayo Víctor Espínola y el percusionista cubano Joel del Sol, quienes imprimieron el ímpetu del trópico al tema. El concierto tuvo un cierre de oro con "Ode to humanity" y "Niki Nana", que hicieron a los asistentes ponerse de pie y con las palmas en alto, al tener la oportunidad de escuchar tres canciones más fuera de programa. El público pudo seguir detalles de la presentación de Yanni gracias a una producción en vivo, que fue transmitida en sendas pantallas a los costados del escenario y a las afueras de este recinto, icono de esta antigua ciudad. NTX/TAM/JCG/IPB
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