En entrevista, el funcionario de la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente (Seduma) subrayó que los cenotes y las grutas son sitios sagrados y en muchos lados, en los pueblos, hay mucho respeto al interior y por otro se mantiene la costumbre del temor a su interior.

Evocó que para la cosmovisión maya: "un cenote es uno de los nueve pisos del inframundo maya, es la boca al mundo maya, de ahí que haya muchísimo respeto por ellos, incluso existen antecedentes de aluxes de avistamiento al interior de cuevas".

"Entonces el respeto que se da en los pueblos es increíble y que bueno que todavía se hagan ceremonias como el chac-chac, ritual en el que se prepara una bebida especial con el agua de un cenote al que no le haya dado la luz. Esta es una tradición ancestral que todavía existe y que afortunadamente al interior del estado se conserva.

Por el contrario, dijo, en las comunidades cercanas a Mérida este tipo de tradiciones se va perdiendo, lo mismo sucede con otras cabeceras municipales grandes.

Pero en lo general "nuestra misma idiosincracia maya nos hace buscar la manera de conservar estas tradiciones, por ejemplo en el campo las cuestiones de los rituales, el respeto a todos lo cenotes como fuente primaria de agua dentro de un lugar.

Recordó que entre las civilizaciones mayas de antaño, una gran ciudad se erigía en torno a un cenote, tal como es el caso de la hoy moderna Mérida, con un registro de 106 cenotes en torno suyo.

Si en las localidades existen problemas de contaminación en sus cenotes, mucho se debe a que han sido abandonados, se han olvidado cuál fue el motivo de vivir en ese lugar, ello porque ya se tiene agua potable.

Empero alegó que sólo entre un cinco a siete por ciento de los mas de dos mil 500 cenotes registrados al momento tienen algún grado de contaminación, por lo que llamó a la suma de voluntades para revertir esta contaminación y tener cenotes siempre limpios y conservados.