El investigador expuso que el solsticio de verano acontecerá el próximo viernes 21, a las 0:03 horas, cuando la Tierra tiene su máxima inclinación con respecto a su eje, que es de 23 grados 30 minutos.

Es decir, las personas constatarán que el Sol tiene su máxima declinación al norte, y es a partir de este día cuando "el Sol queda detenido", de ahí el nombre de solsticio, fenómeno con duración de dos a tres días, pues el Sol "prácticamente se detiene y no se puede desplazar más al norte".

Indicó que el Sol saldrá a las 6:18 horas y se ocultará a las 19:42 horas, es decir, la noche tendrá una duración de 10 horas con 36 minutos.

Respecto al fenómeno arqueoastronómico, expuso que hace seis años se descubrió en El Castillo de Chichén Itzá, el cual es un marcador de solsticios, de verano e invierno, mediante un juego de luz y sombra en los cuatro costados del edificio precolombino.

Indicó que este fenómeno se registra al amanecer, con duración de una hora, en el cual, el Sol ilumina el costado norte y oriente y queda completamente en sombra los lados sur y poniente.

Mientras que en el solsticio de invierno, es lo contrario, pues el acontecimiento se registra al tardecer, y queda iluminado el costado sur y poniente, y en sombras, el norte y oriente.

Lamentó que no se aprovechen estos sucesos para promover esta zona arqueológica, la cual es Patrimonio de la Humanidad y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Los mayas sabían de estos acontecimientos, pues numerosos edificios precolombinos están alineados para marcar el día exacto, tal el caso del Templo de las Siete Muñecas de Dzibilchaltún y el Arco Falso del Grupo Ah Canul de Oxkintok, al amanecer y al atardecer, respectivamente.