En el marco de la celebración por el Día Internacional de los Museos del 16 al 18 de mayo el Gran Museo del Mundo Maya mantendrá abiertas sus puertas en forma gratuita.
Su sala permanente es una invitación a “mirar una cultura maya viva, actual, con un idioma arraigado, no al de un pueblo de piedra”, afirma la directora del recinto inaugurado el 1 de diciembre de 2012, Rosalba Robles Vessi.
Su recorrido rompe con los esquemas tradicionales: la sala uno nos ofrece un panorama interactivo y visual de la naturaleza y cultura existente en el Mayab, para luego conducirnos a una segunda sala en la que se abordan temas religiosos, económicos, educativos y ceremoniales de las poblaciones.
Bordados sobre las festividades tradicionales de los pueblos, un altar tradicional correspondiente al Hanal Pixán –comida de muertos-, una réplica de la imagen de la Virgen de Izamal –patrona de Yucatán-, réplicas de la belleza arquitectónica de templos católicos, son parte del tema religioso.
El henequén, el oro verde que tanto beneficio trajo al desarrollo de Yucatán también tiene una espacio principal, junto con una muestra de las diversas actividades que han permitido la existencia del pueblo maya, así como también un espacio dedicado a la rebeliones mayas, como la llamada Guerra de Castas.
También están las expresiones culturales, las obras de los escritores mayas que luchan por la permanencia de su lengua, de su visión del mundo, del campo, del cosmos, de su vida cotidiana, de la relación con la naturaleza, las complejas relaciones humanas.
Maquetas, pantallas, ipads, proyecciones digitales abonan al conocimiento sobre esta grandeza cultural, con el que el público puede interactuar, obtener mayor información, incluso aprender a contar y comercializar como lo hacía este pueblo precolombino.
La colonia y la conquista, también tienen un espacio especial, bajo la mirada celosa de una figura de Fray Diego de Landa, la fisión de dos culturas que bajo sus propias formas se hicieron una sola y dieron paso a uno de los mestizajes más emblemáticos del planeta. También se incluye a la independencia.
El recorrido concluye con los mayas ancestrales, con figuras de jade y piedra, réplicas de códices, con vasijas y cerámica, con salas digitales que hablan de la cosmovisión de los mayas prehispánicos, de su visión de la arquitectura, de su relación con la naturaleza.
Conceptualizado como una exhibición temporal y que por demanda de los visitantes anuncia su permanencia, está la muestra “Chicxulub el fin de los dinosaurios”, dando la bienvenida al visitantes con un video didáctico sobre el impacto de un bólido en esta parte del mundo hace 65 millones de años que cambio la composición y vida en el planeta.
Vitrinas con fósiles y láminas educativas dan cuenta de la vida en el planeta, de la llegada tardía del hombre, pero también del surgimiento de la esta civilización hace unos tres mil años, así como su responsabilidad actual en el cuidado del medio ambiente.
Mil 200 piezas arqueológicas, etnográficas, históricas, forman parte de estos espacios culturales que también se han convertido en una forma de educación no formal, de un recinto cuyo idioma oficial es el maya, seguido del español e inglés y que se distingue por su accesibilidad para personas con diversos tipos de discapacidad y que han recorrido unos 200 mil personas en poco más de un año.
La también historiadora Rosalba Robles Vessi establece que este es un espacio de reflexión para las nuevas generaciones, con 668 visitas escolares desde la puesta en operación del museo, con un modelo de visitas adaptadas a los programas escolares según el grado escolar o la materia que cursan.
Somos, añadió, un centro cultural, sede permanente de la Festival Internacional de la Cultura Maya, de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, del programa “Leo, luego existo” del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Unos 30 mil congresistas de diversas disciplinas han formado parte de más de 900 eventos desarrollados en el recinto que cuenta con una sala Mayamax y que ha sido sede de innumerables exposiciones y encuentros que lo ratifican como un espacio de referencia cultural, científica y artística e nivel nacional.
Desde su inauguración en 2012 el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida ha sido objeto de números reconocimientos como el Best Pathfinder Project Partnerships Award en Londres, Inglaterra y el Premio Iberoamericano CIDI, Obra Emblemática 2013 en la categoría de cultura.
También, Primer lugar nacional del XXII Premio Obras CEMEX en 2013 y el mismo premio a nivel Internacional; también mención de Honor en la X Bienal de Arquitectura Yucateca en el 2013 y el Primer lugar del Premio nacional Miguel Covarrubias del INAH a la mejor museografía e investigación de museos por su exposición temporal.
Pese a estos logros, expone su directora, el gran reto es llegar a todos los municipios, tenemos que aprender a salir, llegar a la gente que no puede venir a esta ciudad, tenemos que permitirles que toquen, que conozcan su cultura.