Mérida, 31 Oct. (ntmx).- El coordinador de la Conabio, José Sarukhán Kermez, lamentó que en la actualidad 96 por ciento de la selva y bosque donde se asentó la cultura maya se encuentre modificada o haya cambiado.
Al ofrecer una conferencia magistral en el marco del Festival Internacional de la Cultura Maya (Ficmaya), el coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), advirtió que el principal enemigo de este entorno han sido principalmente los modernos sistemas de cultivo.
Las formas actuales del cultivo, a diferencia de las del ancestral pueblo maya, han alterado el hábitat de numerosas especies que se ven en peligro de extinguirse, por lo que es necesario desarrollar esquemas que garanticen la preservación del capital natural y la producción económica.
El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que "el modelo agrícola implementado por los mayas transformó el paisaje de Mesoamérica, pero sin graves afectaciones a los ecosistemas".
Sin embargo, continuó, hoy en día, tan sólo en esta zona donde se asentó esa civilización prehispánica se ha cambiado y modificado el 96 por ciento de las selvas y bosques, además de que entre 1975 y 2005 se perdieron más de dos mil hectáreas de manglares, lo que afecta a la vida marina y repercute en la pesca.
En su ponencia denominada "El capital natural del mundo maya", subrayó que "el bienestar social depende de diversos tipos de capital, siendo el natural el que se encuentra en la base del sistema económico y sostiene a los otros como el humano y social, pero incluso el manufacturero y financiero".
Empero, "no nos damos cuenta de eso y prueba de ello es que al haber una pérdida en las reservas monetarias internacionales todos entran en alerta, pero eso rara vez ocurre cuando se extingue una selva o un bosque", dijo.
Sarukhán Kermez enfatizó que el deterioro del medio ambiente, en particular la pérdida de bosques y selvas, así como especies animales, pone en riesgo tanto al medio ambiente como la viabilidad económica de un país.
En la actualidad, señaló, existen zonas protegidas, muchas de las especies animales y vegetales, así como diferentes ecosistemas se encuentran fuera de esas áreas, por lo que resulta indispensable trabajar con las comunidades para lograr una explotación sustentable del medio.
Como ejemplo, citó el caso de Chiapas, estado que explota el árbol de chicle para producir goma de mascar natural que ha logrado ser comercializada con éxito en Europa, al igual que muebles producidos con madera bajo un esquema que permite la recuperación de los bosques.
Expuso que en la actualidad existen más de 600 productores comunitarios que trabajan con proyectos sustentables, que incluso han construido toda una cadena de valor agregado para la producción de muebles.
"Esto es algo por lo que hay que luchar, buscando mercados que realmente hagan justicia al trabajo y esfuerzo de manejar los bosques de esta manera", puntualizó.
Finalmente indicó que es primordial involucrar a la sociedad en su conjunto en estos proyectos, porque de otra manera "no habrá forma de conservar la biodiversidad".
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