Hanal Phixan
Fecha Tema Valladolid
Valladolid, Yucatán., 21 Oct 2013.- Muestra de altares y ofrendas para los fieles difuntos. Estas prácticas se concretan a oraciones, rosarios de ánimas, ofrendas florales y visitas a los panteones. En todos los países civilizados es costumbre conmemorar el día de difuntos con diversas manifestaciones de duelo que, católicos así como de otras religiones, dedican a sus deudos muertos. Estas prácticas se concretan a oraciones, rosarios de ánimas, ofrendas florales y visitas a los panteones.
Entre nosotros, en América, en casi todas partes, se encienden lámparas sobre los sepulcros y hay paseo general de campos santos e iluminan los lugares donde han enterrado a los muertos. En Yucatán, entre los indios mayas, se observa una costumbre original que viene desde sus ancestros: costumbre netamente maya y mezclada después de la conquista con prácticas piadosas conforme al ritual católico. Obra de los franciscanos; quienes, no pudiendo desarraigar de golpe, en la raza conquistada, sus antiguos ritos idolátricos, toleraron ciertas prácticas que no se oponían al dogma: como honrar a sus muertos, ofrecer presentes, encender velas y quemar resinas aromáticas. Existe, pues, hasta la fecha entre los indígenas mayas, una práctica piadosa que tiene por origen la sagrada veneración que el indio tiene por sus deudos muertos, a quienes sepultan en el interior de sus hogares, espaldas de su casa, en un recinto o patio libre de malezas y bien barrido, donde era abierta una fosa y en la misma tierra, sin ataúd, colocaban el cadáver introduciéndole en la boca cierta cantidad de masa de maíz bien cocida, llamada "keyem" para que pudiera alimentarse mientras reposaba. Hecho el entierro, colocaban una señal para identificar la tumba. Generalmente consistía ésta en un corralejo de dos metros en cuadro, hecho de varillas o palos: "coloc-ché". Y en tiempos de la colonia marcaban aquellos sitios con una tosca Cruz de madera que colocaban dentro del cuadro. En las casas y en los campos, colocan los indios jícaras de atole nuevo y cajetes de comida dedicados a los difuntos; y creen firmemente que, invisibles, descienden las almas a tomar una parte de ella, que es lo que llaman "tomar la gracia". Es costumbre tradicional en la República, como en todo el mundo, llevar en los días de muertos, ofrendas florales y coronas a los panteones.
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