Esta tradición inició tras la llegada de la imagen de la Guadalupana, que se dice fue traída de Cuba a finales del siglo XIX por el sacerdote Crescencio Cruz.

Aunque la celebración tiene como día cumbre el 12 de diciembre, su fiesta se planea desde mediados de noviembre, ya que hay que reservar un lugar para las peregrinaciones y la llegada de los tradicionales antorchistas.

En esta ocasión se esperan en total unos 230 grupos de antorchistas de diversos puntos del territorio estatal y de otras entidades, que vestidos con camisas de la imagen religiosa, recorren corriendo o en bicicletas cientos de kilómetros con una antorcha que representa la fe, la cual alumbra su camino hasta el santuario de San Cristóbal.

La Policía Municipal y la Secretaría estatal de Seguridad Pública, en coordinación, cuentan con un operativo de vigilancia y seguridad para los antorchistas y para las miles de personas que arribarán al santuario, según declaró el subsecretario de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado, Marco Antonio González Canto.

“Afortunadamente no se han suscitado accidentes ni percances ante la enorme cantidad de personas que en bicicleta, corriendo, caminando o en procesiones llegan al altar de la Virgen del Tepeyac en el atrio de San Cristóbal”, precisó en entrevista.

González Canto recalcó que la vigilancia a partir de ayer sábado aumentó y así seguirá este domingo y el lunes porque son los tres días en los que un mayor número de fieles llega al sitio donde se encuentra la imagen para venerarla.

“El domingo aumentará más el flujo de visitantes porque a las 23 horas se cantarán las tradicionales “Mañanitas” a la Virgen de Guadalupe”.