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Esta construcción está muy derruida y se considera que fue muy semejante a la anterior; sin embargo, es muy poco lo que ahora subsiste de lo que fue la estructura original: más de la mitad está hoy derrumbada y sólo se conserva un cuarto completo y la entrada a otro que ya no existe. Sobre el techo apenas se aprecia los restos informes de lo que debió ser la crestería.
El nombre de este templo se debe a que, según la tradición, en el interior se encontró la pintura de un venado sobre unos trabajos de estuco, ya desaparecidos. Por lo que puede verse, quizá el edificio sufrió el paso de una vía de agua que deslavó el estuco de las paredes donde pudo estar la pintura. Además, frente a la Casa del Venado, y cerrando un cuadrángulo con el Chichanchob, en los extremos de la plaza, entre los árboles y la maleza, se ven los restos de unas alargadas que quizá fueron templos semejantes a los dos que aún quedan en pié.
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